Siguiendo con mi fiel tradición, seguí creciendo y me volví más y más rebelde. Rompía todo lo que no se podía comer. Lo hacía pedazos: almohadas, almohadones, patas de sillas y sillones, esquineros de las mesas, llaveros, pelotas de fútbol, etc. etc. etc., la lista era interminable. Y mis dientes quedaban bien afiladitos 🤣. Incluso luchaba constantemente con mi amo, no sé cuál de los dos era más peleador... lo que sí sé es que me divertía muchísimo! 😄. Qué hermosos años aquellos!! SNIF, SNIF.
De tantas luchas y batallas, lo fui adoptando como un estilo de vida. "Luchar contra la adversidad" decía yo. Y cuando salía victorioso, le decía a mi amo: "¡Triunfé ante la adversidad Lu!", "Triunfé!!!"
“A lo que te resistes, persiste.”
Una tarde, vimos juntos una peli con Chano, mi amo, se llamaba "What the bleep do we know?". Y hacía cierto foco en que la violencia, lleva a la violencia. Es decir, si ante un hecho, una persona reacciona violentamente con otra, la segunda, la que recibe la violencia, tenderá a reaccionar de igual manera o peor con la primera. Desencadenando una escalada de violencia.
Esto es natural, propio del ser humano (y de los perro ni hablar! 😂). Se requiere de un corazón y de una mente en paz, en equilibrio, para no entrar en esta vorágine de violencia.
De allí pudimos concluir que: "a lo que te resistes, persiste". Si luchás, te resistís, combatís, contra una fuerza que no te gusta, que está ocurriendo en tu mundo o en el mundo, lo único que vas a conseguir es que esta fuerza crezca, que crezca cada vez más. La "Aceptación" es la clave para cortar todo este circuito.
P.d: Los perros también sabemos poner Post-Datas, ¿vieron? 🙃. Bueno, lo que les quería contar, es que el sobrenombre de mi amo era "Lucho", y cuando aprendimos todo esto, lo cambió a "Chano"... no sé cuál es peor realmente 😂🤣😂.
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