Desde siempre me caractericé por ser un gran observador. Con una paciencia envidiable, esperaba que me sirvieran la comida, prestando atención a cada movimiento que hacían mis papás. Me divertía mucho ver y escuchar cómo discutían acerca de cómo se tenían que hacer las cosas, desde pelar una papa hasta hacer un pollo a la Strogonoff. Qué ganas me daban de darles un mordiscón y decirles: "No es de una manera o de otra. Es de ambas!" (No me insulten todavía, ahora voy a explicar por qué digo esto 😁😁).
A los humanos desde chiquitos les enseñan la lógica binaria: 1 ó 0. Es decir, las cosas son de una manera o son de otra. No pueden ser de ambas. Es negro o es blanco. Está bien o está mal. Está vacío o está lleno.
Por suerte, yo soy un perro. A mí me ensañaron otra cosa. Me enseñaron que las cosas son de múltiples formas en simultáneo. Igual, para simplificar, quedémonos solo con dos opciones.
“Ser Y no ser, esa es la cuestión.”
Pensemos un instante en la existencia, por ejemplo, de un ser perro. Podríamos decir, por un lado, que él o ella efectivamente está viviendo, dado que está transcurriendo su vida. Pero por otro lado, en ese transcurrir, se le está acabando la vida; es decir, minuto a minuto está muriendo, porque a medida que avanza el tiempo se está acercando a su muerte. Con lo cual, podemos afirmar, que él o ella está viviendo y también está muriendo a cada instante, según cómo se mire. "... Según cómo se mire, todo depende..." (Gracias Jarabe de Palo, hermosa banda por cierto. Guau! Guau!).
Volviendo a los puntos de vista y perspectivas. ¿Cuándo algo es correcto y cuándo es incorrecto? Depende para quién. Por ejemplo, para el mundo occidental, que los seres humanos nos coman a nosotros (los perros... puaj!!) es "incorrecto", pero para algunos países de oriente, como China, es totalmente "correcto".
En cuanto a los acontecimientos de la vida, podríamos decir lo mismo. Cuántas veces te debe haber pasado que cuando te ocurrió algo que creíste "malo", como cometer un "error" (por ejemplo), con el tiempo pudiste aprender de él y se convirtió, sorpresivamente, en algo "bueno". Entonces, ¿fue bueno o fue malo? Ambos diría yo. Hay que cambiar la letra "o" por la "y". Parece fácil, pero no lo es.
De aquí me gustaría ladrar algo que vengo pensando hace tiempo: ¿Los perros tenemos un destino prefijado o es el libre albedrío el que reina nuestras vidas? Nuevamente, estamos haciendo mal el énfasis. No se trata de excluir ("ó"), se trata más bien de incluir ("y"); es decir, para este caso, diríamos que en algunas ocasiones, los acontecimientos se deben a "algo" que "alguien" alguna vez escribió para nosotros y, otras veces, somos nosotros quienes decidimos y construimos nuestro propio camino. Es un "entrelazamiento cósmico", diría Wolf (el perro anterior de Chano 🐶).
Hasta el próximo capítulo... digo posteo... digo... bueno, como sea! Guau! Guau!
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